domingo, 28 de marzo de 2010

Interior. Casa Antonieta habitación de la madre. Tarde

Antonieta entra a la habitación de la madre y observa la mesa de noche tapada con una especie de mantel, mira fijamente la mesa, avanza tres pasos. Asiente con la cabeza. Se agacha y remueve el mantel, tantea la parte delantera de la mesa completamente lisa, las manos siguen tocando la madera hasta llegar a la parte trasera, la voltea la mesa con furia, ve un candado. Saca del bolsillo del Jean una llave. Abre el candado.

Las pupilas se dilatan.

Toma un sobre abierto en sus manos.

Lame la estampilla.

Las pupilas se dilatan.

Da tres respiraciones fuertes.

Antonieta (ansiosa)
Es viejo, es de Argentina.

Se deja caer al piso. Abre el sobre. Lee rápidamente.

Las pupilas de los ojos se mueven velozmente.

Antonieta (en voz muy baja y con los ojos aguados)
Tengo un padre

Se arrodilla, toma todas las cartas de la mesa, pone el candado y lo cierra, voltea la mesa, Acomoda el mantel, Se para y  sale de la habitación con prisa.

Interior. Primer piso casa Antonieta. Tarde

Antonieta baja las escaleras corriendo con las cartas en la mano, abre la puerta, sale de la casa apresurada.

Interior. Restaurante La Tartine – El Peñón. Tarde

Antonieta entra al restaurante mirando asustada, camina entre las mesas con las cartas en la mano, se sienta en una mesa esquinera, pone las cartas sobre la mesa.

Un mesero se acerca y le pasa la carta.

Antonieta
Un fondue de chocolate con frutas.

El mesero asiente con la cabeza. Antonieta toma una carta.

Los ojos leen rápidamente. 
Los ojos se ponen rojos. 
Comienzan a caer dos lágrimas, las lágrimas resbalan hasta los labios, Antonieta saca la lengua y saborea las lagrimas.

Antonieta (en voz muy baja)
Qué tristeza

Los ojos comienzan a leer mas lento, se detienen en cada palabra.

Antonieta lame la estampilla de la carta, coloca la carta sobre la mesa. toma otro sobre.

Lame la estampilla.

Las pupilas se dilatan.

Saca la carta del sobre, la lee lentamente, cuando termina de leerla la coloca sobre la mesa, Antonieta respira aliviada. Se desgonza en silla de forma que quede sentada sobre la espalda y el mantel de la mesa le da en el pecho, recuesta la cabeza sobre el borde de la silla.

Brotan pocas lágrimas de sus ojos, las lágrimas llegan hasta los labios, Antonieta las saborea, cuando el mesero se acerca Antonieta se retira las lágrimas con las manos, se reincorpora en la silla, el mesero coloca el fondue sobre la mesa y en un plato las frutas.

Antonieta sonriendo
¡Gracias!

Antonieta toma una fresa la sumerge en el chocolate hasta el final de forma que también los dedos le quedan untados, lame el chocolate de la fresa, vuelve y la unta de chocolate. Se la come y después se lame los dedos
Antonieta hace cara de placer.

Antonieta se come la segunda, la tercera, la cuarta fresa de la misma forma. Toma otro sobre, lo abre, saca la carta.

Titulo de la carta: “Mi niña, en tus 15 años”.

Los ojos leen despacio mientras las lagrimas brotan de los ojos. Antonieta no se contiene y comienza a llorar,  sigue leyendo la carta hasta que termina de leerla.

Aprieta la carta con el puño.

Antonieta toma dos pedazos de manzana los unta de chocolate, se los come, se lame los dedos. Las lágrimas no dejan de salir de los ojos.
Las lágrimas van disminuyendo. Toma un tenedor pincha tres rodajas de banano las unta de chocolate y se las come, pone el tenedor en el plato donde están las frutas, pone la carta que está apretando con el puño sobre la mesa.

La carta queda arrugada y quieta.

Antonieta toma dos sobres,  los abre y  saca dos cartas.

Una carta en cada mano.

Lee la primera, la de la mano izquierda. La lee con gran velocidad, sin bajar la mano lee la segunda carta, pone las cartas sobre la mesa, corre el fondue más cerca de ella, casi al borde de la mesa, toma el plato de frutas, dejando caer el tenedor a la mesa, voltea el plato encima del fondue.

Bananos, manzanas, fresas y uchuvas caen al chocolate.

Antonieta mete el dedo pulgar derecho al fondue y revuelve todo, comienza a sacar fruta por fruta y a comérselas despacio al terminar con las frutas se lame los dedos.

Antonieta se para con decisión, toma las cartas las dobla, las acomoda para poder llevarlas en una sola mano, camina hacía la caja mientras saca plata del bolsillo, al llegar coloca un billete de 20.000 pesos en el mueble de la caja, y le dice a la cajera
Mesa 13

Antonieta camina rápido hacia la puerta

Antonieta en voz baja
Tengo un padre, tengo que buscarlo.

viernes, 19 de marzo de 2010

Una dama que no siempre fue tan perfecta

Para Antonieta no había ser más perfecto en el mundo que su madre, la admiraba por su educación y elegancia. Clementina era una mujer muy glamorosa, parecía haber sido la niña consentida e impecable de la nonna. Parecía que la hubieran criado en el mejor colegio de Cali y bajo las mejores normas de comportamiento. Le impresionaba a Antonieta que su madre para todo tuviera un protocolo, a veces le molestaba, porque sentía que era demasiado, pero a veces soñaba con ser igual que su madre y saber siempre que ponerse y saber que decir y dar los mejores consejos y arreglar la mesa de forma que quedara perfecta para cada ocasión y saber como comportarse en todos los lugares, pero Antonieta se conformaba con mirar todos los días a su madre después de salir del baño, pararse frente al closet y decir en voz alta lo que tenía que hacer en el día, para así mismo escoger lo que tenía que ponerse. Antonieta se sentía delirar con el comportamiento de su madre, unas veces porque no la soportaba y otras veces porque quería ser como doña Clementina. Pero había un episodio de su madre que Antonieta deseaba no haber descubierto nunca, eran tantas las fuerzas que hacía para olvidarse de ese día que lo único que hacía era recordarlo más y más y no poder sacarlo de su cabeza. Había pasado ya mucho tiempo desde que Antonieta había decidido perdonar a su madre, pero el recuerdo de la impresión que le causó saber que su madre no siempre había sido una perfecta dama, no la dejaba vivir en paz. Antonieta quería borrar de su cabeza que su madre un día había sido dama de compañía en lugar de dama perfecta. 

viernes, 12 de marzo de 2010

Él

Yo sé perfectamente quién es Antonieta, sé que me manipula su hermosura pero me confunde su personalidad. Es algo rara, pero no por lo de sus sentidos, es por lo que piensa. A veces piensa mucho, claro que pocas veces me dice lo que piensa, ¡ay! pero como disfruto lo que me dice, es como si me dejara entrar en ese mundo que es solo de ella. A mi me gusta habitarlo pero por poquito tiempo porque después ya empieza a hablar de cosas que no entiendo, como sus dibujos, nadie los entiende, se necesitaría de un crítico de arte para entenderlos, y es un papel que yo no quiero tomar, ni tampoco quiero entender todo lo que piensa, porque eso es lo que me gusta de ella. El tratar de entender lo que dice me hace verla más atractiva, me hace sentir que no la conozco tan bien como creo y me dan ganas de seguirla conociendo.  Antonieta es cómo su cofre de chocolates, nunca me ha contado como lo consiguió, todo lo relacionado con ella es un misterio, un hermoso pero infinito misterio que tal vez nunca llegue a descubrir del todo porque después de todo esto que acabo de decir creo que ya m estoy pareciendo a ella. 

viernes, 5 de marzo de 2010

Tiempos

(Pasado) Las calles de Antonieta eran las calles de Cali, las prefería cuando estaban frías y llovía, pero como en Cali casi nunca sucedía eso, aprendió a caminar bajo el sol.
Cuando Antonieta se levantaba el ventanal que se encontraba a un escritorio de distancia de su cama le indicaba como iba a ser el día, a veces prefería no cerrar las cortinas para que el humor del día la levantara. La pared que tenía atrás de la cama era de color mandarina que combinaba perfecto con el escritorio, la mesita de noche y la repisa de madera. En la repisa, que más bien parecían tres, porque eran de esas repisas modernas que venían en distintas divisiones, tenía en la primera parte dos velas blancas y una naranja, en la segunda su colección de libros favoritos entre los que se encontraban Rayuela, La broma y El túnel, y en la tercera un cofre de madera con aspecto antiguo donde siempre habían chocolates, el dulce preferido de Antonieta.

 

(Presente) Las calles de Antonieta son las calles de Cali, las prefiere cuando están frías y llueve, pero como en Cali casi nunca pasa eso, ha aprendido a caminar bajo el sol.

Cuando Antonieta se levanta el ventanal que se encuentra a un escritorio de distancia de su cama le indica como será el día, a veces Antonieta prefiere no cerrar las cortinas para que el humor del día la levante. La pared que tiene atrás de la cama es de color mandarina que combina perfecto con el escritorio, la mesita de noche y la repisa de madera. En la repisa que más bien parecen tres, porque son de esas repisas modernas que vienen en distintas divisiones, tiene en la primera parte dos velas blancas y una naranja, en la segunda su colección de libros favoritos entre los que se encuentran Rayuela, La broma y El túnel, y en la tercera un cofre de madera con aspecto antiguo donde siempre hay chocolates, el dulce preferido de Antonieta.

 

(futuro)Las calles de Antonieta serán las calles de Cali, las preferirá cuando estén frías y llueva, pero como en Cali casi nunca pasará eso, aprenderá a caminar bajo el sol.

Cuando se levante el ventanal que se encontrará a un escritorio de distancia de su cama le indicará como será el día, a veces Antonieta preferirá no cerrar las cortinas para que el humor del día la levante. La pared que estará atrás de la cama será de color mandarina que combinará perfecto con el escritorio, la mesita de noche y la repisa de madera. En la repisa que más bien parecerán tres, porque serán de esas repisas modernas que vendrán en distintas divisiones, tendrá en la primera parte dos velas blancas y una naranja, en la segunda su colección de libros favoritos entre los que se encontrarán Rayuela, La broma y El túnel, y en la tercera un cofre de madera con aspecto antiguo donde siempre habrán chocolates, el dulce preferido de Antonieta.